FOCA VERDE OLIVA
“La lealtad implica consecuencia con los deberes; exige concordancia con la fidelidad y es propia de una conducta honrada. No se concibe apego y cumplimiento de las leyes del honor militar, si no son respetadas las normas de rectitud y probidad”. Esto lo manifestó en una oportunidad un brillante oficial general del ejército venezolano hoy fallecido, G/D MARTÍN GARCÍA VILLASMIL (+), cuyo respeto y admiración constituyeron y constituyen hoy en día un ejemplo para la generación de oficiales jóvenes por allá por años setenta y las nuevas generaciones.
La lealtad se antepone a la idea de traición. Traicionar trae como consecuencia defraudar la fe y la confianza. La lealtad es un valor que debemos desarrollar en nuestro interior y tener conciencia de lo que hacemos y decimos. Es un corresponder, una obligación que se tiene con los demás. Es un compromiso de defender lo que creemos; y en quienes creemos, si no cumplimos como es debido, nos quedamos solos. Cuando somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a algo serio y profundo.
La lealtad militar se refiere a un compromiso institucional cuyo cumplimiento requiere de personas que se encuentran dentro de una organización, en relación de poder: los unos para dar órdenes y los otros para obedecerles, en beneficio del bien común. Cuando los superiores aspiran a que los subalternos sean leales y les obedezcan en asuntos que no tengan relación con actos propios del servicio, podrían estar en camino del abuso y la arbitrariedad.
Si tomamos en cuenta lo establecido en nuestra carta magna, en lo que se refiere a la fuerza armada en el art. 328. “"La Fuerza Armada Nacional , constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo, de acuerdo con esta Constitución y la ley. En el cumplimiento de sus funciones, esta al servicio exclusivo de la nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación......"
Si analizamos, el artículo anteriormente descrito, podemos observar lo siguiente: entre otras cosas, primero que los integrantes de la fuerza armada no le deben lealtad a ningún partido político y mucho menos a persona alguna en particular. No podemos convertirnos en “focas verde oliva”, para aplaudir o repetir sandeces. Los militares, no somos arbitros de la política, durante más de cuarenta años nuestra generación fue formada en democracia, que implica respeto a la división de poderes, respeto a las leyes y sobre todo a la Constitución. Nadie
En Venezuela, no pueden haber elecciones buenas y elecciones malas, buenas para cuando favorecen a una tolda política y malas cuando lo desfavorecen, el juego democrático es uno solo, así como la mayoría en su debida oportunidad consideró que Hugo Chávez, tenia que ser presidente constitucional, habiendo presentado como único mérito político haber violado la constitución al pretender dar un golpe de estado para autonombrarse presidente y haberse hecho responsable de más de cien muertos, así mismo esa mayoría en unas próximas elecciones puede decidir que sea otro candidato el próximo presidente, eso es democracia. Y no esta precisamente dentro de la misión de la fuerza armada, quitar o poner presidente de la república, reconocerlo o no; es al soberano a quien le corresponde en elecciones libres y secretas decidir su rumbo. El militar en servicio activo, que quiera ser político, pida la baja e inscríbase en el partido de su preferencia, mientras este uniformado, ocúpese de resolver los problemas de la fuerza armada que son muchos, sobre todos los problemas de seguridad social. ZAPATERO A SU ZAPATO.
Artemio Boada
Coronel ® GN
artiboada@hotmail.com
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