CARAS NUEVAS: OJO PELAO
En el año 1998 al comienzo de la campaña electoral, era muy común escuchar la frase “queremos gente joven”, “queremos caras nuevas en el gobierno”, como si el problema fuera de política generacional y así comenzó aquella guerra de encuestas, y los politiqueros de turno empezaron a jugar al antipartido en busca de la destrucción partidos políticos tradicionales: Acción Democrática y COPEI. Y así se fueron cuadrando con el comandante golpista creyendo que lo podían manipular y como siempre garantizarse la hegemonía que querían mantener; solo pensaban en sus negocios y cuota de poder. Era muy frecuente en todos los ambientes del país las loas al comandante golpista por radio, televisión y prensa escrita; fueron muchos los dueños de medios que se la jugaron apoyando al actual comandante presidente; en estos días escuché a un dueño de una televisora hablando sobre las fragantes violaciones a la constitución y demás leyes de la república que cometía el actual presidente, pero resulta que en el año 1998 no tomaron en cuenta que el comandante presidente era un desconocido en esa época y fueron ellos quienes lo resaltaron como la mejor opción para dirigir los destinos del país. Todos sabían de donde venía el personaje; venía de dar un golpe de estado, frustrado por las mismas fuerzas armadas, fueron las fuerzas armadas las que pusieron los muertos y redujeron al comandante; o sea el hombre venía de dar demostración de violar la constitución y las leyes de la república al pretender deponer mediante las armas a un gobierno legítimamente constituido y elegido en libres elecciones y su único aval político fue hacerse responsable por el golpe de Estado. Luego nueve meses después ocurre otra intentona golpista y de igual forma fueron las fuerzas armadas las que nuevamente pusieron los muertos y restablecieron el orden constitucional. Y todavía con todo esto, en todos los ambientes del país cada quien a su manera pedía un cambio en la conducción del país, pero siempre jugando al antipartido y en búsqueda de caras nuevas.
Han pasado doce años y al parecer no hemos aprendido la lección; cada quien sigue jugando a sus intereses, pero nadie le dice al país lo que quiere escuchar, nadie presenta un proyecto de país, no se habla de cómo van a hacer para acabar con la inseguridad, abrir fuentes de trabajo, atacar la corrupción, la carestía de la vida, de un plan de construcción de viviendas, como dotar los hospitales, construir escuelas y liceos, de cómo adecentar la administración pública, de cómo unir al país y que todos nos sintamos incluidos; a mi como ciudadano en este momento no me interesa quien va a ser el vicepresidente si tal o cual candidato gana las elecciones. Queremos seriedad, compromiso con el país; sentido de pertenencia, bastante se ha jugado con la esperanza del pueblo, ya basta de engaño y traición; de jugar a mi conveniencia y a mis intereses personales. La población en general quiere un cambio, pero un cambio para bien; donde prevalezca la moral, el deber ser, lo intelectual y el mérito: más no lo inmoral y mediocre, esta demostrado que no queremos ser comunistas; que nuestros antepasados lucharon por darnos la independencia y la libertad de pensamiento, nadie puede obligarnos a tener un pensamiento único.
Tenemos una gran oportunidad para salir de todo esto, el año que viene tendremos elecciones para elegir a un nuevo presidente constitucional; es por ello, que todos tenemos el deber insoslayable de acudir a las urnas electorales consciente de cual es el país que queremos, no hay excusa para no acudir; no es aceptable decir “es que tengo un viaje programado y no lo puedo perder”, “es que no puedo acudir a votar por que tengo contratos con el gobierno y me pueden descubrir”. Esa conducta irresponsable, es la que ha prevalecido hasta ahora; no podemos seguir esperando que los demás hagan su esfuerzo, y solo preguntar “y que van a hacer ustedes”. En democracia, el pueblo cambia los presidentes mediante el voto; acudiendo masivamente a votar no habrá trampas que valgan, dejémosle a los partidos políticos la responsabilidad de vigilar y cuidar los votos.
No sigamos jugando al antipartido, la democracia se nutre es con partidos político; y una muestra de mejor democracia es la de decidir en elecciones primarias el candidato que la mayoría decida para enfrentar al actual presidente, dejemos la hipocresía y la cuadratura; da tristeza escuchar a ciertos personajillos hablar de cual será su futuro si gana equis precandidato. A estas alturas del juego, no logro entender que en nuestro país haya gente que se haga llamar ni ni; porque no esta seguro de la mala gestión del comandante presidente, según esos no ven un líder que pueda conducir al país, a mi manera de ver son otras las razones que no le permite ver la cantidad de lideres que tiene el país en la actualidad; cualquiera de ellos es mejor que Hugo Chávez. Por ello “ojo pelao”, y “recuerden que tigre no se amarra con guaral”.
Artemio Boada
Coronel (GN)
29jun2011
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